Friday, June 27, 2008

noche del 25 de junio, 2008

Eran los festejos de año nuevo. Todos parecíamos más grandes, y al mismo tiempo era como cuando éramos niños--es que desde hace un par de años, las fiestas decembrinas ya no nos emocionan como antes. Yo había quedado en ir a la casa de Raymundo a festejar, pero tenía pequeños contratiempos que me lo impedían, como no encontrar ropa adecuada, que Diego no llegaba, que se iba la luz, que me tenía que planchar el pelo...

Había fiesta en las calles, y las calles eran largas, como una mezcla de todas las calles de los lugares en los que he estado (Oaxaca, Granada...), y mis hermanos y yo teníamos una conversación sobre el "Halloween pasado" (de ese octubre pasado, en mi sueño) y recordábamos lo bien que nos la habíamos pasado. Mis memorias de ese evento que sólo ocurrió en mis sueños, eran como de un desfile afuera en el que nos vestimos de los personajes de Star Wars y El Señor de los Anillos. Luego recordé como tuvimos que rescatar a un duendecillo robot, en una escena tipo Star Wars.

Entonces yo seguía cambiándome de ropa y tratando de estar lista para irme. Vivíamos en la casa viejita de la 15, pero se veía más grande, y yo me cambiaba de ropa en el cuarto de mis papás. Entonces vi la hora--eran casi las 11pm! Le llamé a Raymundo toda triste y frustrada, diciéndole que se me hacía tarde y yo quería que dieran las doce estando yo con él.

Mi preocupación era mayor porque dos noches antes había tenido sueños donde yo estaba en la universidad y él tenía que ir a recogerme y nunca llegaba, y luego el sueño la noche anterior de que era Navidad y tampoco nunca llegaba a mi casa... Entonces yo estaba segura de que esos sueños significaban algo, como una señal o un mal augurio, la cual yo tendría que descifrar por la mañana si este sueño no cambiaba de rumbo o no tenía un final feliz.

Entonces Raymundo, al teléfono, me dijo que no me preocupara, que él llegaría a mi casa en un ratito. LLegó a las 11:20pm! Estaba super contenta, sobre todo porque en este sueño sí vino!! Platicábamos ahí en el cuarto de mis papás, viendo la tele, y frente al clóset de madera de las puertas de espejo. Le conté que había soñado que estaba embarazada y se puso contento y me dijo que cuando tuviéramos hijos yo nunca iba a dejar de ser la reina, jijij. Avisaron en la tele que iban a dar las doce, y a hacer el conteo, y me plantó un besote que no terminó hasta que terminaron las doce campanadas!

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